Kohei Tanaka, un asesino que aniquiló a 35 empleados del gobierno, es llevado al cuartel del Shinsengumi para su interrogación. Al no querer admitir su crimen, Kondo, Hijikata, Okita y Yamazaki deberán buscar una manera de hacer que hable. Antes de entrar, deciden usar el método de la "zanahoria y el palo". Uno tras otro entran en la sala de interrogatorios y tratan de hacerle admitir los crímenes que ha hecho, pero todos fracasan. Al final se descubre que el sospechoso es en realidad un honesto ciudadano que ha sido confundido con el verdadero asesino por tener el mismo nombre y perfil al antes mencionado.